Salió en varios medios, tanto especializados como generales, la noticia sobre Brian Chesky, el CEO de Airbnb, diciendo que habían perdido en seis semanas todo lo que habían construido en 12 años debido a la pandemia del coronavirus. E incluso dijo que el viaje, tal como lo conocíamos, se acabó.
¿Será dramático con sus afirmaciones? Probablemente, no, o no tanto. El CEO de la plataforma de alquileres habló con el canal de negocios CNBC y dijo lo siguiente:
“Tardamos 12 años en construir Airbnb y lo perdimos casi todo en cosa de cuatro a seis semanas”. Entre otras «malas nuevas», la empresa tuvo que cancelar su salida a la bolsa este año y también despidió al 25% de sus empleados en todo el mundo a causa del coronavirus.
Lo que dijo Chesky en la entrevista es que en esas cuatro o seis semanas de marzo a abril, cuando comenzó el confinamiento en buena parte del mundo occidental, Airbnb perdió casi todo lo que había construido desde sus inicios. No obstante, aclara que lo que sucedió en los meses subsiguientes, es decir, en los últimos tres meses, es algo totalmente distinto: «la gente dice que quiere salir de sus casas, pero quiere hacerlo de forma segura», dice. «No quieren viajar en avión, no quieren viajar por negocios, no quiere ir a ciudades, no quieren cruzar fronteras».
Es decir, según el CEO de la plataforma, lo que los viajeros quieren es subirse a sus autos, viajar algunos kilómetros (o algunos cientos) a una comunidad pequeña, donde van a permanecer en una casa. Y, si bien la empresa no se recuperó por completo, dice que los números de reservas en Estados Unidos comenzaron a estabilizarse. A fines de mayo y principios de junio, en Estados Unidos, las cantidades de reservas de Airbnb fueron similares al mismo período del 2019.
Creo que estamos en posición de afirmar que Airbnb no va a desaparecer. Tal vez el tipo de estadía sea distinto, quizás sus clientes van a tardar un poco más en recuperar la confianza en volver a viajar fuera de su país, pero se va a volver a viajar.
Como explica Infobae en un artículo, el CEO dijo: “Viajar como lo sabíamos se acabó. No significa que el turismo haya terminado, solo que como lo conocimos nunca volverá”.
Ya lo venimos hablando desde que la pandemia del coronavirus empezó a afectar nuestra vida diaria, incluyendo los viajes. Habrá una nueva normalidad. Esto no significa que nunca más podamos viajar, o que las experiencias como alquilar un departamento por Airbnb (algo que hice muchas veces) vayan a acabarse.
Tal como lo dije en este post (y el CEO coincide con esta perspectiva), las estadías van a ser en lugares más bien rurales, no tanto en grandes ciudades, lejos de las aglomeraciones de gente. Y, por supuesto, la tendencia es hacer turismo interno, es decir, viajar por el propio país. Esta proyección parece válida para Estados Unidos como para Argentina o cualquier otro país. Viajaremos, pero primero lo haremos cerca de casa.
Por otra parte, Airbnb recibió un duro golpe esta semana, cuando la ciudad de Ámsterdam decidió prohibir los alquileres temporales en tres barrios del casco histórico a partir del 1 de julio y también limitar a 30 días anuales de alquiler por propiedad en el resto de la ciudad (Fuente: El Mundo). Dice la nota del diario español:
El Ayuntamiento ha reaccionado así ante la «presión» del turismo en la calidad de vida de los residentes y ha decidido vetar los alquileres vacacionales en las zonas de Burgwallen-Oude Zijde, Burgwallen-Nieuwe Zijde y Grachtengordel-Zuid, tal y como recoge Europa Press. Desde el ayuntamiento de la capital afirmaron ayer que la oferta en «diversas plataformas» como Airbnb ha aumentado cinco veces, hasta el punto de que se publican 25.000 anuncios por mes, y la afluencia masiva de turistas está afectando a la calidad de vida de los residentes.
De esta forma, una de las ciudades más «turistificadas» de Europa, pone un freno al crecimiento en el número de las propiedades de alquiler en plataformas como Airbnb, algo que perjudica a la empresa, pero obviamente no la aniquila. Si, por el momento, el foco de sus clientes está en las zonas alejadas de las grandes ciudades, puede que no sea tan preocupante para la plataforma. El problema sería que todas las grandes ciudades europeas hagan lo mismo, como explicaba el diario El País en esta nota de febrero, antes de que la pandemia estallara en Occidente.
Por ejemplo, debido a cuestiones regulatorias, en Berlín sólo se pueden alquilar habitaciones a través de Airbnb, siempre y cuando el dueño se encuentre en la vivienda. Y, en París, la cantidad de días al año que se puede alquilar una propiedad para estadías turísticas es de 120. Esta tendencia parece ir en aumento en las grandes capitales europeas, al punto que se pide que la Unión Europea impulse alguna legislación para regular los alquileres temporales.
Como dije antes, no creo que Airbnb vaya a desaparecer. Que va a tener dificultades, no sólo por la pandemia, es probable. Pero, en el contexto actual, ¿qué empresa turística no tiene problemas?