Cuando estábamos en La Habana, extrañábamos los desayunos típicos que tenemos en Buenos Aires o tomarnos un café con algo rico, como podemos hacer en una ciudad europea, por ejemplo. Entonces, apareció el Café Suiza para salvarnos.
Con sus exquisitos croissants y su café con leche, fuimos muy felices tanto de mañana como de tarde. En Cuba, como en tantos otros países, la merienda no parece ser una comida importante, pero para los argentinos como nosotros, es u a parte importante del día.

Gracias al Café Suiza, pudimos merendar como queríamos y desprendernos un poco de la comida cubana y caribeña a la que no estábamos tan acostumbrados. Porque la merienda no se toca, che 😛

Nosotros fuimos días previos al Mundial de Fútbol 2018 y el café estaba decorado acorde a la temática, con banderitas de varios países, incluida la Argentina.

Lo mejor de este lugar eran los croissants y el café con leche, sin dudas. Debido a su cocina más bien europea, o más parecida a lo que nosotros estamos acostumbrados a probar en los desayunos de los lugares que visitamos en Europa (supongo que de ahí viene el nombre), está lleno de extranjeros. Fuimos tres o cuatro veces y siempre había extranjeros probando sus croissants.

También sirven tortas y otras delicias, así que no falta oferta para todos los gustos. Uno de los días probamos el brownie y estaba muy rico. Vimos que hay smoothies, jugos, panes con manteca y mermelada, helado, e incluso hay opciones para almorzar o cenar como sandwiches y pizza.
Si se fijan en Tripadvisor, tiene muy buenas reseñas.

Creo que la razón por la que le tomamos cariño a este lugar fue porque nos costaba encontrar lugares para merendar. Ya sé que el concepto de merienda no existe en todos lados, aunque para nosotros es una comida importante del día, porque si no la hacemos, no podemos seguir recorriendo hasta las 21 o 22 hs sin necesidad de cenar, También hay países donde cenan a las 18 o 19 hs, pero tampoco era el horario de cena ahí en La Habana, al menos no en los restaurantes, que empezaban a abrir sus puertas un poco más tarde.

El lugar estaba siempre limpio y nos atendieron bien. Había aire acondicionado, algo importante en Cuba, donde puede hacer bastante calor (nosotros fuimos a principios de junio y estaba bastante caluroso).
El local se encuentra en la calle Obispo, a una cuadra del bar El Floridita, en medio de La Habana Vieja. Es una zona turística y el café también es turístico, no vamos a decir que no. Pero si buscan algo distinto del desayuno típico cubano, o incluso si quieren comer algo rápido al paso, me parece un lugar súper recomendable y a un precio accesible.
Conocer este lugar es una experiencia unica ademasemcontrarasmuchos lugarea como este solo tiene que viajar a cuba y descubrirlos
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