Hay muy buenos museos en Berlín, uno de ellos es el Museo de Pérgamo, que goza de renombre mundial. Es uno de esos lugares que hay que visitar sí o sí en caso de que te guste el arte, la arqueología y la historia.
Sin dudas, fue una de las atracciones de Berlín que más me gustó. Es muy difícil que este tipos de museos me decepcionen, pero éste me sorprendió bastante (para bien).

Un poco de historia
El Museo del Pérgamo se comenzó a construir en 1910 y fue inaugurado en el año 1930. A diferencia de otros edificios, éste no fue construido primero para luego albergar las obras en su interior. Primero llegaron las obras y luego se construyó el edificio a su alrededor. Y esto se debe a que contiene obras arquitectónicas de gran tamaño, como la Puerta Romana del Mercado de Mileto o la Puerta de Ishtar de Babilionia.

Antes de que se construyera el edificio actual, se erigía un edificio más antiguo que tuvo que ser demolido luego de la Primera Guerra Mundial.

El museo tuvo que ser cerrado durante la Segunda Guerra Mundial y algunas piezas fueron llevadas por los soviéticos, que luego las devolvieron. Otras, fueron dañadas durante el conflicto y debieron ser restauradas.

La colección del Museo de Pérgamo tiene su origen en las obras privadas de los electores de Brandeburgo y los reyes de Prusia que los sucedieron, recorriendo al menos 350 años de historia desde su adquisición hasta la actualidad.

El museo hoy en día
El Museo de Pérgamo, así como otros museos importantes de Berlín, se encuentra en la Isla de los Museos (o Museuminsel en alemán). Está muy cerca de la Catedral de Berlín, al costado del río Spree.

De todos los museos que hay en la isla, el de Pérgamo es el más famoso a nivel mundial por las joyas arquitectónicas de la Antigüedad que tiene en su colección, especialmente de Roma, Grecia, el Islam, la Mesopotamia y el período Helenístico, especialmente la ciudad de Pérgamo, que da nombre al museo. Todo )o casi todo) en su colección es de proporciones enormes.

El edificio alberga tres museos: por un lado, la colección de antigüedades clásicas; por el otro, el Museo de Oriente Medio; y, por último, el Museo de Arte Islámico. Las piezas que se exhiben son impresionantes, no sólo por su tamaño sino también por su excelente estado de conservación. Y, tratándose del museo más visitado de Berlín, es entendible que todo se encuentre así de perfecto.

En el museo se encuentra una de las colecciones más completas del mundo de arte y cultura de Grecia y Roma Antiguas. Uno de sus magníficos exponentes es la Puerta romana del mercado de Mileto. Es una reconstrucción de la puerta original pero con algunas adiciones modernas. Se construyó en Roma en la ciudad de Mileto en el siglo II y fue destruida por un terremoto entre los siglos X y XI. A principios del siglo XX, la puerta fue descubierta por un equipo de arqueólogos alemanes que la reconstruyeron y la colocaron en el Museo de Pérgamo.

Otra de las obras importantes del museo, que nos dejó con las bocas abiertas, es la Avenida de las procesiones de Babilonia (604-562 a. C.), que se trata de la vía principal de dicha ciudad. Era parte de la Babilonia reconstruida por el rey Nabucodonosor II, quien es conocido por su interés en las grandes obras de arquitectura. La vía era utilizada para los recorridos festivos y sagrados entre Esagila y el templo de Año Nuevo en la festividad de Año Nuevo, una de las más importantes de la ciudad.

Y si hablamos de obras colosales, no se pueden perder la famosa Puerta de Ishtar, que fue una de las ocho puertas de Babilionia. El nombre de Ishtar lo recibe de la diosa a la que estaba consagrada. Fue construida en el año 575 a. C., también por el rey Nabucodonosor II, en el lado norte de la ciudad. Está hecha de adobe y azulejos vidriados que reciben el color azul del lapislázuli. Tiene imágenes de leones, dragones y otros animales mitológicos.

Otra joya del Oriente Antiguo es la Fachada Mushatta, que pertenecía al palacio de Qusair Mushatta, construido a 30 kilómetros de la actual capital de Jordania, Ammán. Si bien no se conoce la fecha de su construcción, se cree que fue durante la época del califa Walid II, a mediados del siglo XIII d. C.

Nosotros visitamos el museo en abril de 2019 y, lamentablemente, la sala del famoso Altar de Pérgamo se encontraba cerrada por refacciones. Es una de las piezas más célebres del museo, una reconstrucción del costado occidental del altar que data del año 170 a. C. Recién se va a abrir en 2023, así que téngalo en cuenta para organizar su visita. Pueden ver fotos del altar y leer algo de información (en inglés) en la web del museo.

Tuvimos que hacer fila por una hora, al menos, para poder entrar, aunque estábamos en Semana Santa y había bastantes turistas en la ciudad. En la web de Visit Berlín aconsejan sacar entrada con antelación así pueden ingresar en el horario indicado sin hacer fila.
Nosotros compramos el ticket Museuminsel regular, que te permite ingresar a todos los museos de la isla en el mismo día y también usamos para ir al Museo Nuevo (o Neues Museum, en alemán). No hicimos la compra online sino en la boletería del Museo Nuevo que justo estaba al lado de la fila de ingreso al de Pérgamo. donde no había tanta gente.
Info útil
Horarios: abre todos los días de 10 a 18 hs. No cierra los lunes.
Precios: chequear en la web del museo
Dirección: Bodestraße 1-3
A mi me gustó mucho. Es el mejor de la isla de los museos.
Coincido!