Hay algo que suelo hacer cada vez que surge en mi cabeza la idea de viajar. Creo que mi viaje comienza con una idea, un deseo, y luego se va convirtiendo en un plan. No puedo evitarlo, me gusta organizar mis propios viajes. Posiblemente pase más tiempo imaginando el viaje que viajando, a decir verdad.
¿Qué hago primero? Busco información en internet sobre el destino a visitar: me encantan ver vídeos, fotos y crónicas de viajes ajenas. Luego hurgo un poco en TripAdvisor y me empiezo a imaginar cómo será el viaje en cuestión. Un tiempo después, compro una guía de viaje. Es muy útil lo que encuentro en la web, pero todavía me gusta tener la guía en papel para llevar conmigo durante el viaje.
Para mí, el hecho de emprender un viaje es un plan en sí mismo. Cualquier viaje, corto o largo, planificado o no, es una aventura.
Siempre surgen cosas en un viaje, sucesos inesperados, por más que uno haga planes. Sucede igual que con la vida. Algunos planifican menos, otros son más organizados. No obstante, hay cosas que siempre escaparán a nuestro alcance.
Personalmente, trato de comprar los pasajes aéreos/ferroviarios con anticipación. ¿Por qué? Generalmente, si los compras mucho tiempo antes por internet, los tickets suelen ser más baratos que si los compraras en la estación o el aeropuerto. Esto es mucho más evidente cuando se viaja en avión.
También prefiero reservar hospedaje con anticipación, ya que me agobia el hecho de pensar que debería recorrer una ciudad con mi valija a cuestas. No soy mochilera, suelo viajar con valija si el viaje excede los 2 o 3 días. Tampoco hago viajes de lujo, no me malinterpreten. Pero prefiero mi valija con rueditas que una mochila, ya que sinceramente no es de mi agrado.
Casi nunca utilizo los servicios de agencias de viajes, salvo en el caso de ser necesario. Por ejemplo, eso me sucedió cuando quise visitar el Valle de la Luna.
Hacer planes también implica contratar un seguro médico de viajes, ya que nunca se sabe cuando se lo puede necesitar.
Cada persona tiene su manera preferida de viajar. Así es como yo suelo viajar. Tomo el transporte público, trato de caminar si puedo, como en restaurantes baratos o en puestos callejeros, si es posible compro la comida en un supermercado. Trato de ahorrar en lo que se puede y gasto en lo que considero importante.
Hacer planes al viajar no significa tener un itinerario fijo y seguirlo como si fuera una ley, sin posibilidad de cambiarlo. Pero cuando uno no cuenta con mucho tiempo, es bueno tener una guía para saber qué hacer, adónde ir y cómo maximizar el tiempo. Es importante la flexibilidad para cambiar sobre la marcha y saber qué hacer en caso de que el plan original no pueda cumplirse.