Cuando visitamos Budapest, quería probar la famosa Dobos-Torta que caracteriza a la ciudad. Hay muchos lugares donde probarla, pero justo al lado del hotel teníamos la pastelería Hauer. Probamos algunas de sus delicias y no nos arrepentimos.
La pastelería Hauer de Budapest es, como tantas otras cafeterías y pastelerías de la ciudad, un lugar con historia. El mozo que nos atendió, muy atento y alegre, nos contó un poco de ella y también nos hizo un mini tour por los salones que estaban cerrados al público. Un chico muy atento, la verdad. Fue el lugar donde mejor nos trataron en toda Budapest.

La historia de la pastelería Hauer de Budapest comenzó con una pequeña familia y un proyecto ambicioso. Nándor Kasselik abrió una pequeña pastelería en el mismo sitio en 1890, que no era elegante sino modesta, ya que la zona donde se encuentra era considerada las afueras de la ciudad, en aquellos tiempos. Años más tarde, luego de su muerte, la viuda de Nándor se casó con Rezső Hauer, quien decidió renovar el lugar.

En un principio, el local constaba de una sola sala, pero Hauer tenía la idea de expandirse. En esa época, reubicar la pastelería en otra zona no era posible, así que el propietario comenzó a añadir salas, por lo que quedó un poco despareja la construcción.

Cada salón tiene un estilo distinto pero todos conservan un estilo de fines del siglo XIX, tal vez principios del XX. Todo es majestuoso, aunque en un sentido más modesto si lo comparamos con otros grandes cafés de Budapest.

Según leí en internet y tal como nos contó el simpático mozo, la pastelería estuvo cerrada en varias oportunidades durante el siglo XX. Durante el socialismo, la pastelería se nacionalizó y se pasó a llamar Erkel Cukrászda. Al finalizar el régimen socialista, en 1991, la pastelería tuvo que cerrar. Volvió a abrir en 2002, para ser cerrada unos años después y permanecer vacía por disputas legales.

Los nuevos dueños obtuvieron los derechos para usar el nombre Hauer y, tras muchos años de permanecer cerrada, la pastelería reabrió sus puertas en el año 2017. Es decir, cuando la visitamos en abril de 2019, todavía no había cumplido dos años de haber vuelto a funcionar. Creo que atienden muy bien a los turistas por esta razón. Y, tal vez, porque tienen mucha competencia, ya que casi a la vuelta se encuentra el famoso New York Café, más top y caro.

¿Por qué queríamos probar la torta Dobos? Bueno, porque es famosa mundialmente y se originó en Hungría. Era el postre favorito de los nobles durante el siglo XIX. La creó el pastelero Jozsef C. Dobos en 1884. Se compone de seis (ni más ni menos) finas capas de bizcochuelo, rellenas de crema de chocolate y cubierta por triángulos de caramelo.

Lo importante de la pastelería es que sirve tortas y otros postres, además de café, té, sándwiches y otras opciones de almuerzo, a un precio bastante económico si lo comparamos con otros grandes cafés de Budapest. Y estaba justo al lado de nuestro hotel, así que decidimos entrar a merendar antes de retomar fuerzas para seguir caminando.
La porción de Dobos-Torta (o torta Dobos) costaba 890 florines húngaros. Si no son muy dulceros, pueden compartirla entre dos, pero nosotros pedimos una de esas y otra torta que había ganado el premio nacional de tortas de Hungría el año anterior, llamada The Little Girl of Komárom. Todo eso un café para cada uno, por supuesto.

¿Recomendamos el lugar? ¡Por supuesto que sí! Si están por la zona y tienen un presupuesto algo acotado, en vez de ir al New York Café, pueden ir a Hauer. O pueden ir a ambas pastelerías y comparar. Para nosotros, fue una muy grata experiencia y nos fuimos con la panza llena y contenta.
Info útil
Dirección: Rákóczi út 47-49, a una cuadra y media de la estación Blaha Lujza, en el límite entre los distritos de Józsefváros (distrito VIII) y Erzsébetváros (distrito VII, el barrio judío).
Página web: hauercukraszda.hu (en inglés)
Horario: todos los días de 9 a 21 hs (según Google Maps).