Si fuiste alguna vez a Hungría, conocerás el lángos. Es una especie de pizza frita que es una delicia y tiene un montón de variantes. La versión más tradicional de este plato húngaro es sólo con crema agria y queso encima. En pocas palabras, es una comida simple y rica.
Nosotros probamos el Lángos (se pronuncia «lángosh») el último día de nuestra estadía en Budapest. Era el cumpleaños de Seba (se cumplió un año de ese viaje hace pocos días), y decidimos volver al Karavan, que ya habíamos ido la noche anterior. Es un lugar de food trucks que me recordó al Patio de los Lecheros o una de esas ferias de comida callejera (si son de Caballito o cerca, seguro lo conocen). Servían lángos de todo tipo, desde el tradicional que probé yo hasta hamburguesas con el lángos en lugar de pan.

Budapest nos dio varias alegrías culinarias, como cuando fuimos a probar la torta Dobos en la pastelería Hauer, que estaba casi pegada a nuestro hotel.
El nombre de este plato húngaro deriva de la palabra húngara “láng”, que significa «llama». Antiguamente, esta preparación se hacía en hornos caseros cerca de las llamas. Era una especie de masa de pan que se comía en el desayuno pero, con el tiempo, esto se fue modificando, pasando de cocinarse en el horno a hacerlo frito.
Al igual que lo que me sucedió con la comida de República Checa y de Alemania que pude probar (soy vegetariana, muchos platos no son aptos), este plato húngaro me pareció bastante pesado, de esos que tenés que estar acostumbrado para comer con regularidad (yo no suelo comer frituras). Sin embargo, para probar o para comer de vez en cuando, es una comida bastante llenadora y deliciosa.

Esta especie de pizza o pan frito tiene la particularidad de llevar un ingrediente que seguramente no se imaginan. Estoy hablando de… papa. Sí, lleva papa. Cada vez suena más rico, ¿no?
El sabor de lángos me generó puro placer. Venía de comer comidas bastante picantes y pesadas, muy al estilo de esa zona del mundo, pero este plato húngaro me pareció delicioso. No estoy acostumbrada a los fritos, es verdad, aunque me pareció bastante liviano en comparación a lo que venía comiendo. Eso sí, fue un poco difícil de consumir sentada al lado de un food truck sin cubiertos. La gente lo comía como si fuera una pizza, pero tenía un tamaño considerable y se me hacía difícil comerlo sin terminar con toda la cara llena de crema agria jaja.
Les dejo la receta que encontré en la web Húngarotour:
Ingredientes
- 400 g de harina (de fuerza)
- 30 g de levadura fresca
- 1 patata cocida
- 1 cucharada de aceite
- 20 g de sal
- 1 pizca de azúcar
- Un poco de leche templada
- Aceite para freír
Preparación
- En un bol pequeño mezclamos la leche, el azúcar y la levadura fresca y metemos en un sitio cerrado con temperatura constante (por ejemplo el microondas, o el horno sin encender) para que la levadura pueda fermentarse.
- En otro bol grande medimos la harina, mezclamos con la sal y preparamos un agujero en el centro para añadir la levadura con leche. También añadimos la patata y el aceite y mezclamos con la mano hasta que tengamos una masa homogénea. Echamos un poco de harina a la masa, luego la tapamos con un paño y dejamos 1 hora en un lugar a temperatura ambiente. La masa tiene que duplicar su tamaño original. Se puede preparar en una panificadora.
- Calentamos aceite en una sartén. Sacamos trozos de la masa y con nuestras manos extendemos a una forma redonda y fina, y lo freímos en la sartén dándole la vuelta para que se frían por igual los dos lados.
- Se suele untar con ajos machacados en agua, y echarle sal, pero otra versión muy popular en Hungría es añadirle queso rallado y crema agria (tejföl). La crema se puede sustituir por yogur cremoso.
Hago algunas aclaraciones: la harina de fuerza es la 000 y la patata (obviamente) es papa 😛
Si hacen la receta, si ya la hicieron alguna vez o si probaron el lángos, no olviden dejar su comentario abajo. Me gustaría saber qué opinan de esta comida húngara y si les gustó tanto como a mí.