Si hay algo que me molesta de viajar, además de hacer la valija, es pasar por los controles aeroportuarios. No porque tenga algo que ocultar ni mucho menos sino porque es totalmente invasivo para la privacidad de las personas. Y lo peor es cuando los empleados de seguridad te tratan como un terrorista, como nos pasó en el aeropuerto Charles De Gaulle cuando volvíamos a Buenos Aires.
Veníamos desde San Petersburgo con Air France y hacíamos escala en París. Teniendo que viajar sujetos a espacio, tuvimos que «entrar» al país y luego volver a salir cuando nos confirmaran que podíamos embarcar (ya expliqué en algún momento que mi novio trabaja para una aerolínea y tiene pasajes de empleado, que son más baratos pero que implican una incertidumbre de no saber si vas a viajar). Eso implicaba pasar por el control aeroportuario.
Como teníamos poco tiempo (una hora y media) para pasar por Migraciones, hacer el check-in, despachar las valijas, volver a hacer Migraciones, pasar por el control y luego ir a embarcar, tuvimos que hacer todo corriendo. Afortunadamente, Air France nos mandó en Premium Economy (una clase «intermedia» entre turista y ejecutiva), nos dejaron pasar por las filas de Sky Priority e hicimos todo más rápido.
Ya faltaban 5 minutos para que cerrara el embarque de nuestor vuelo y llegamos al control donde pasamos nuestro equipaje de mano por el bendito scanner. En cada aeropuerto es distinto… Te hacen sacarte los zapatos o no, te piden que saques la notebook o no, lo mismo con la tablet, etc. Sin embargo, nunca pero nunca me habían pedido que saque la cámara de la mochila.
Como siempre, saqué la notebook y la puse en una batea separada y la pasé. Cuando llego al otro lado del scanner, la señora de seguridad nos empieza a gritar a mi novio y a mí que no habíamos sacado las tablets y las cámaras de los bolsos. Le respondimos que no nos habían dicho nada pero nos siguió gritando en francés/inglés que no era cierto, que era nuestra culpa y que teníamos que saberlo. A todo esto, ya era la hora del cierre del embarque. Mi mente me decía «vamos a perder el vuelo»…
La señora, muy enojada por nuestro supuesto error, nos mandó a revisar por otra señora que también nos gritaba en francés. Les explicamos que teníamos que embarcar YA, que sacábamos todo y que volvíamos a pasar los bolsos y ya. Pero no… Estaban enojadas porque creían que teníamos algo para ocultar.
Entiendo que la gente que trabaja en un aeropuerto es bastante paranoica, pero no era que estábamos llevando una botella de nafta, no sé.
Les seguimos explicando a las señoras enojadas que íbamos a perder el vuelo y nos respondieron «lo siento, cuando usted sabe que está apurado, tiene que sacar todos los dispositivos». Así que nos empezaron a revistar las mochilas con un scanner de mano y nos desparramaron todas nuestras cosas por toda la cinta, al tiempo que nos gritaban que no tocáramos nada (estabamos juntando nuestras cosas para poder ir corriendo a la puerta de embarque antes de que cerrara). Lo hacían todo con mucha parsimonia, como si tuviéramos dos horas de tiempo. Obviamente no dejábamos de pedirles por favor que se apuraran porque íbamos a perder el vuelo.
Como no teníamos nada prohibido en nuestros equipajes de mano (nunca nos creyeron), nos dejaron ir con cara de asco y más gritos. Corrimos y llegamos justo antes de que cerraran la puerta de embarque. Tuvimos suerte, aunque nos podrían haber hecho perder el vuelo sólo porque no les había gustado que no sacáramos dos cámaras y dos tablets de la mochila.
No es que no entienda el motivo por el cual hacen todos esos controles. Lo que me choca es que pagamos justos por pecadores. Yo no soy una terrorista. Ni siquiera llevo líquidos por error en el equipaje de mano. ¿Por qué debo sufrir ese maltrato?
Los controles aeroportuarios exponen la miseria humana: la revisación los objetos personales, los cacheos corporales, los gritos y las demandas de explicación de por qué alguien osó llevar una cámara de fotos en una mochila como si fuera un crimen. Sin dudas, es una de las peores partes de viajar en avión.
Por eso, siempre hay que estar atento a los ítems que nos piden que separemos del equipaje de mano. Aunque a nosotros no nos dijeron que saquemos las tablets y las cámaras, muchas veces sí lo dicen y hay que hacer lo que piden para evitar estas situaciones.
Uff qué mala experiencia. Hace poco pasé por ese aeropuerto, no tuve ningún inconveniente gracias a Dios, pero es verdad que en París me topé con gente muy grosera. La ciudad es hermosa por supuesto, pero su gente no tanto.
Son malos momentos que después pasan!
Abrazo!
Puro sadismo. Se desquitan con los pasajeros si se llevan mal con el marido, etc, etc. Parece que hicieran todo en camara lenta a proposito para hacerte pasal un mal momento. Me ha pasado. Es un porcentaje de gene con mente chiquita, complejo de inferioridad y un poquito de poder. Paciencia. Peor es ser amargado como ellos.
Exacto, Ana! Pareciera adrede, qué bronca! Por suerte ya pasó.
Abrazo!