Nueva York es la metrópolis más famosa del mundo. Tiene el Central Park y muchas plazas, pero el High Line es mucho más que un parque.
Antes de ser un lugar de relax y paseo para los neoyorkinos y los turistas, el High Line era una via ferroviaria de altura que conectaba las zonas fabriles del sur de la ciudad. La reconversión de las vías en un parque urbano comenzó en 2003, cuando las autoridades y los vecinos empezaron a preguntarse qué hacer con este espacio en desuso. Finalmente, en 2006, se dio inicio a la creación del parque y la última etapa finalizó el 21 de septiembre de este año.

Tiene más de 2 kilómetros de largo y recorre el West Side de Manhattan, desde Gansevoort Street hasta la 34th Street.
Cuando visitamos la Gran Manzana junto a mi novio, hace casi un año, todavía no estaba terminado. Subimos en ascensor por la 30th aunque también había escaleras. Esto es importante porque es una ayuda para las personas con movilidad reducida. Busca en este mapa las subidas/bajadas con ascensor para más información.

La visita a este parque elevado puede combinarse con un recorrido por los barrios del Meatpacking District, Chelsea (en mi opinión, uno de los barrios más lindos de la ciudad) y el West Village, ubicados al suroeste de Manhattan.
Además de tener vistas de edificios de estilo industrial (ex fábricas recicladas, convertidas en edificios de departamentos), graffittis, obras de arte, entre otras cosas, se puede disfrutar por momentos de un paseo a orillas del río Hudson.

El camino está compuesto de concreto y césped, con algunas plantas y árboles decorando el trayecto. Hay bancos para sentarse, lugares ideales para tomar fotos de las calles de Nueva York, mesitas para sentarse a comer o descansar.
Si hace frío, como cuando fuimos nosotros, no viene mal hacer el paseo con un vaso de café en mano, como muchos de los neoyorkinos que vimos deambulando por ahí. En verano, imagino que es un lindo lugar para tomar Sol o caminar.
El High Line corre de norte a sur (o de sur a norte, como prefieran), por lo que es una buena idea para visitar la ciudad sin toparse con gente apurada que te choca y taxistas desquiciados. También se puede combinar con un paseo por el Chelsea Market, el Ground Zero Museum Workshop o caminar unas cuadras y comerte un cupcake en Magnolia Bakery (el local que aparecía en Sex and the City).
Me quedó muy muy pendiente ir a este lugar…. no sabía donde estaba ubicado y siempre me olvidé de buscarlo. Conclusión: pasé decenas de veces cerca y nunca fui… en fin, una buena excusa para volver!!!