Tours es un hermoso pueblito de Francia, a unos 200 kilómetros de París. Es uno de los puntos de inicio para visitar los castillos del Valle del Loira y un lugar encantador para pasear uno o dos días.
Decidimos parar en Tours en nuestro roadtrip europeo, ya que teníamos que descansar entre Bilbao y París. Tours, además, era un lugar ideal para arrancar a la mañana temprano hacia el castillo de Chambord, que visitamos de camino a la capital francesa.
Llegamos a la ciudad de noche, cuando casi todos los negocios estaban cerrados y el ayuntamiento estaba todo iluminado. La verdad, se veía todo muy lindo, a pesar de no tener el glamour de una gran ciudad.

Después de hacer el check-in en el hotel, fuimos a dar una vuelta y a conseguir algo para cenar, apurándonos ya que las persianas de los locales estaban bajando. Pudimos encontrar un local de bagels llamada Bagelstein -que vimos en otras partes también- y conseguimos algo para llevar.

Dimos un par de vueltas y volvimos al hotel, ya que eran más de las 22 hs y estaba todo bastante «muerto» siendo un día de semana a esa hora (los europeos suelen acostarse más temprano que nosotros).
A la mañana siguiente amaneció medio lluvioso, como que quería llover pero no se decidía. Con el correr de las horas fue mejorando el clima.

La estación de tren parece ser una parte importante de la vida diaria de los habitantes de Tours. Con el tren rápido, en poco más de una hora estás en París, así que asumo que mucha gente viaja cada día a la capital para trabajar y volver a la noche. O tal vez van a otras ciudades un poco más cercanas.
Tienen un sistema de tranvías bastante moderno, a pesar de no ser una ciudad muy grande.

Definitivamente, sus calles tienen un ambiente de «pueblo chico» sin ser un pueblo. Si bien es una ciudad, no parece tener ese ritmo agitado que tienen las grandes ciudades como París. Se puede caminar cuadras y cuadras sin cruzarte con alguien o sin que un peatón apurado te choque sin querer.

Seguimos caminando y recorriendo un poco la ciudad durante la mañana, antes de partir hacia Chambord y luego París.

Frente al ayuntamiento hay una placita muy linda que estaba iluminada de noche pero pudimos verla mejor de día. Se llama Place Jean Jaurès.

Tienen algunas calles que son peatonales tipo Florida pero donde pasa también el tranvía, como es el caso de la Rue Nationale.

Pero también tiene calles más tranquilas donde, como dije, no pasa un alma.

Hay varias iglesias, entre ellas la Basilique Saint-Julien.

Y también hay edificios dignos de una película de Harry Potter.

Hay algunas callecitas estrechas bien estilo europeo donde apenas pasa una persona caminando por la vereda y una auto por la calle.

En definitiva, no es una gran ciudad, no tiene un montón de atractivos turísticos dentro de ella (aunque sí muy cerca, como los castillos del Loira), pero si querés pasear por un lugar tranquilo y sentir que estás en Francia, Tours es el sitio ideal.

Y vos, ¿conocés Tours? ¿O alguna otra ciudad francesa similar?
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