Roma es una de esas ciudades que se suelen visitar en un primer viaje a Europa. O en el segundo, como fue mi caso. En este post les cuento sobre mi primera experiencia en la Ciudad Eterna.
Como toda capital, Roma es una ciudad acostumbrada al turismo. Según un estudio de Euromonitor International de este año, es la décimo tercera (13a) ciudad más visitada del mundo, con 9,5 millones de turistas extranjeros recibidos en el 2015. Es, también, uno de los destinos preferidos por los argentinos para organizar su primer Eurotour.
Todo en la Ciudad Eterna está listo para que la recorras. Es fácil de visitar y se sentirse a gusto siendo argentino, supongo que por las similitudes culturales. A pesar de no hablar italiano, me sentí cómoda desde el primer momento. El idioma no es ningún problema.
Hice una doble visita a Roma durante el mismo viaje (en el medio fui a la Costa de Amalfi y a Egipto). La primera vez me hospedé junto a mi novio en el barrio del Vaticano. En las afueras, claro, no con el Papa. Y la segunda vez cerca de Termini. Si tuviera que elegir uno de los dos barrios por “ambiente, me quedaría con el primero.
Además hacía poco más de un mes que había elegido el nuevo Papa argentino y en todo el Vaticano estaban fanatizado con él.
No es que no me haya gustado la zona de Termini, pero era mucho más ruidosa y más llena de hoteles baratos y negocios. En el Vaticano podíamos caminar hasta un café en la misma cuadra de nuestro departamento y desayunar un capuchino con facturas a un precio módico y sin soportar tanto lío o ruido.
Lo que hicimos la primera vez fue conocer los lugares más icónicos de Roma como el Coliseo, el Foro Romano, la Fontana di Trevi, las Escalinatas Españolas, la Piazza Navona, la Piazza del Popolo, los Museos Vaticanos y su famosa Capilla Sixtina, la Basílica de San Pedro… En fin, todo lo más turístico y lo que hace de Roma un destino único.
Poco antes de viajar había visto la película de Woody Allen «A Roma con amor» y estaba bastante emocionada por conocer la capital italiana. Cuando llegué, me encontré con una ciudad más que de película. Es una ciudad con callejoncitos encantadores, con casas antiguas y calles que hacen zig zag y Fiat 500 que se meten por todos lados aunque parezca que no entran.
Mi “segunda vez” en Roma fue unos días después de la primera, así que no sé si cuenta como una segunda vez propiamente dicha. Pero tiré mi moneda en la Fontana di Trevi y volví. La leyenda es cierta 😉
Una de las cosas que no dejé de hacer en mi primera visita a la Ciudad Eterna fue comer. Sí, nunca había probado pastas tan ricas como las que probé en Italia. Es algo que tal vez parece evidente, pero hasta que no las probás no lo crees. Y el helado que comí cerca de la Fontana di Trevi no tiene comparación con otro helado que haya probado en ningún lugar del mundo.
Eso sí, la pizza italiana para mí fue bastante decepcionante. Me quedo toda la vida con la pizza como la hacen en Argentina. Es cuestión de gustos, obvio.
¿Ya conocen Roma? ¿Les gustó? Si no la conocen, ¿les gustaría ir?