Mirando fotos de viajes pasados, me puse a pensar en todos los lugares sobre los que no escribí por distintos motivos. Pero ahora, con la falta de viajes, me parece una buena idea rememorar estos viajes con el factor añadido de la distancia y un poco de investigación.

La primera vez que visité Europa fue en marzo de 2012.  En esa oportunidad, fui a Barcelona, París, Londres y Madrid con Sebastián y una amiga mía.  Obviamente, cuando estuvimos en la capital francesa, decidimos recorrer el famoso Palacio de Versalles.

El palacio no está en París sino, justamente, en Versalles, una localidad a menos de una hora en tren de la capital francesa.

Un poco de historia

Este conjunto de edificios y jardines que hoy conocemos como Palacio de Versalles fue la residencia de la monarquía francesa entre 1682 y 1789. Sí, su época de residencia real terminó con la Revolución Francesa… y con la monarquía absoluta.

Fuente de los Jardines de Versalles
Fuente de los Jardines de Versalles

Fue el rey Luis XIII quien se enamoró de Versalles cuando todavía era Delfín de Francia (es decir, el heredero al trono). Ya en el trono, decidió convertir la zona en una residencia de caza, donde pasaba el verano, Entre 1631 a 1634 se realizó una remodelación, que dio origen a un castillo muy similar al que conocemos hoy en día, sumando terrenos del Señorío de Versalles.

Detalles dorados del techo del palacio de Versalles
Detalles dorados del techo del palacio de Versalles

No obstante, el soberano más asociado al Palacio de Versalles es Luis XIV, el Rey Sol. Luego de la muerte de su padre y su temprano ascenso al trono, el joven rey visitaría regularmente a la residencia de caza con su hermano y su madre.

Seba y yo en los Jardines de Versalles
Seba y yo en los Jardines de Versalles

A partir de 1661, se renovaron las dependencias del palacio, se comenzó la decoración de las estancias y se construyeron el invernadero y el zoológico. La alusión al sol está presente por todo el palacio, sobre todo en el color dorado. Por entonces, Versalles era una residencia de descanso, mientras que el Palacio del Louvre era la residencia real.

Entrada al Palacio de Versalles
Entrada al Palacio de Versalles

El palacio fue inaugurado en 1664 con una gran fiesta pero recién en 1682 fue convertido en la residencia real de Luis XIV y su corte. No sólo trasladó a la aristocracia, sino también la administración central del reino. El palacio triplicó su tamaño con las remodelaciones. Los jardines, que eran de las zonas favoritas de Luis XIV, incrementaron su volumen y fueron decorados con estatuas. Con el tiempo, se fueron añadiendo varias de las edificaciones más famosas del palacio. Hasta su muerte, en 1715, el palacio no dejó de ser el centro de ampliaciones y remodelaciones.

Palacio de Versalles 4

Al morir el rey, su heredero y bisnieto, Luis XV (nacido en Versalles), mudó la corte a Vincennes (y luego a París) y el Palacio de Versalles pronto quedó en estado de abandono. Sin embargo, volvió a Versalles en 1722, con el objetivo de continuar con los trabajos que había comenzado Luis XIV.

Entrando a Versalles
Entrando a Versalles

A diferencia de su bisabuelo, Luis XV era tímido y gustaba de los espacios más íntimos. Pero, durante su reinado, Versalles sufrió grandes transformaciones como las modificaciones del departamento del rey, la construcción de la Ópera Real, la eliminación de la Escalera de los Embajadores, entre otras. Murió en 1774 en el palacio a causa de viruela.

Contrafachada del palacio de Versalles
Contrafachada del palacio de Versalles

Su sucesor y nieto, Luis XVI, nació también en Versalles y fue uno de los reyes más controversiales de la historia de Francia. Su reinado desembocó en la Revolución Francesa. Su esposa, María Antonieta de Austria, también fue muy conocida como una reina derrochadora, antipática y manipuladora. Se creía que ella era la culpable del mal reinado de su marido, a quien supuestamente controlaba.

Reloj de Versalles
Reloj de Versalles

Como amaba tanto a su esposa, Luis XVI le regaló en 1774 el Petit Trianon, construido por Luis XV para su amante, Madame de Pompadour. María Antonieta, entonces, transformó este dominio del palacio como su recinto propio.

Palacio de Versalles 3

Además del odio del pueblo, los soberanos tampoco contaban con la aprobación de la nobleza, que ahora pasaba su tiempo en París. Todo esto se debía a la política de impuestos y al derroche de la reina. Las revueltas populares desencadenaron en la Revolución Francesa y en la abolición de la monarquía en 1792.

Interior de los departamentos del palacio de Versalles
Interior de los departamentos del palacio de Versalles

A diferencia de lo que se cree, el Palacio de Versalles no fue saqueado durante la revolución, sobreviviendo a esta etapa sin muchos cambios. Ante la caída de la monarquía, el mantenimiento de los edificios reales pasó a ser responsabilidad de la Primera República. En esa época, no se sabía muy bien qué hacer con el palacio, que sirvió incluso de fábrica de armas.

Palacio de Versalles 1

La creación del Museo Central de Artes de París en 1793 (que luego sería el Louvre), despojó al Palacio de Versalles de las pinturas y esculturas que pertenecían a la Corona. Las únicas que se salvaron fueron las estatuas de los jardines. Por otra parte, todos los muebles del palacio que no fueron trasladados con la familia real al Palacio de las Tullerías y que no fueran «monumentos de las artes y de la ciencia», se remataron por una ley de 1793 que lo permitía, y casi todos fueron comprados por «ciudadanos comunes».

Estatua del Jardín de Versalles
Estatua del Jardín de Versalles

A pesar de ya no contar con sus muebles y sus grandes obras de arte, el Palacio de Versalles continuaba siendo objeto de interés y se continuaban realizando visitas guiadas por sus dominios. No obstante, no estaba del todo vacío porque en 1793 había sido designado depósito público, donde se guardaban todos los objetos confiscados en el distrito de Seine y Oise. Fue gracias a este interés y a los objetos que allí se encontraban que se fundó un museo en el edificio, que funcionó de forma caótica hasta su inauguración en 1796.

Salón de los Espejos
Salón de los Espejos

En 1833, el entonces rey Luis Felipe I, decidió crear un museo en Versalles dedicado a «todas las glorias de Francia». Inaugurado en 1837, este museo celebró gloriosos eventos franceses desde la Edad Media hasta el comienzo de la Monarquía de Julio. Los trabajos que se realizaron en el castillo destrozaron el patio, aunque salvaron el castillo.

Palacio de Versalles 2

En décadas subsiguientes, el Palacio de Versalles fue escenario de diversos sucesos históricos importantes. Napoleón III usó el palacio como un lugar para celebraciones, recibiendo allí a la reina Victoria de Inglaterra en 1855. También ahí se declaró el Imperio alemán en 1871 tras la derrota francesa y el emperador alemán fue coronado en la Galería de los Espejos. Más tarde, fue el lugar de nacimiento de la Tercera República y el refugio del Parlamento tras la Comuna. Entre 1873 y 1954, el Parlamento realizaría ahí quince elecciones presidenciales. En 1919, se firmó en el palacio el tratado que puso fin e la Primera Guerra Mundial (el famoso Tratado de Versalles). La firma se realizó en en la Galería de los Espejos, como venganza hacia los alemanes que habían coronado a su emperador ahí unas décadas antes.

Pastillo interno del palacio de Versalles
Pastillo interno del palacio de Versalles

El Palacio de Versalles hoy en día

Desde 1837, gracias al rey Luis Felipe I, Versalles albergó al «Museo de la historia de Francia». Hoy en día, el museo ocupa las alas del palacio, mientras que la parte central, los Grandes Departamentos, las estancias privadas y los departamentos de la familia real pueden verse tal como eran cuando estaban habitados por los monarcas. Con sus 18.000 metros cuadrados, se lo considera el museo más grande de la historia del mundo.

Palacio de Versalles 5

El palacio contiene una colección de 60.000 obras que pertenecieron a Luis Felipe I y que están organizados por etapas históricas. Cada año (tal vez no éste, debido a la pandemia), tres millones de personas visitan el museo del palacio y siete millones recorren los jardines, que son gratuitos, excepto cuando se realizan eventos.08

Recuerdo que nosotros fuimos un domingo y estaba llenísimo de gente. Los jardines, especialmente, estaban repletos de gente paseando a pie, en bicicleta y también en unos carritos de golf que costaban 30 euros la hora (pedían carnet de conducir para el alquiler).

Gran Canal de los Jardines de Versalles
Gran Canal de los Jardines de Versalles

Los terrenos del palacio son enormes, siendo los edificios más importantes el palacio en sí, el Gran Trianón y el Pequeño Trianón. Nosotros alquilamos un botecito para navegar por el Gran Canal que está en el medio de los jardines. Fue divertido pero requirió bastante fuera de remo (yo sólo daba las ordenes jaja).

Palacio de Versalles 6

El palacio estuvo cerrado este año entre marzo y junio debido a la pandemia del coronavirus, aunque ya se puede visitar y el uso de mascarillas/tapabocas es obligatorio para el ingreso. Si quieren ingresar al castillo, tienen que reservar la entrada online con horario asignado (incluso para aquellos que entren gratis). Para más información, visitar la web del palacio.

Palacio de Versalles 7

Visita virtual

Ya que, con la llegada del coronavirus, los viajes internacionales se detuvieron y, posteriormente, se reactivaron pero con muchas trabas, cientos de museos y atracciones alrededor del mundo abrieron sus puertas para mostrarnos aquello que no podíamos visitar en persona. De esa forma, se puede visitar el Palacio de Versalles de forma virtual gracias a Google Arts & Culture (podés visitarlo haciendo click acá).

Nair Felis Rodriguez

Nair Felis Rodriguez

Vivo en Buenos Aires desde que nací. Escribo este blog porque me gusta relatar mis viajes; viajo porque me gusta conocer, aprender, descubrir. Soy Lic. en Comunicación, viajera y blogger.
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2 comentarios en “Recordando viajes: el Palacio de Versalles

  1. Hola! Me trajiste lindos recuerdos.

    Habia escuchado que el Tratado de Versalles, no se firmó ahí sino en un tren. Sin embargo, las fuentes en internet citan lo mismo que vos. Recuerdo ver en el palacio una mesa donde se firmó, en la galeria de los espejos… pero no logré confirmar esa versión.

  2. Hola Hernan! Qué bueno que te traje lindos recuerdos, como yo también sentí lo mismo escribiendo este post. Sí, se firmó ahí por el poder simbólico del salón, ya que era una «venganza» de los franceses contra los alemanes, que mucho no se querían ja.

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