Uno de los lugares que me gustaron mucho pero sobre los que escribí poco es San Francisco. Esta ciudad fue uno de los últimos destinos que visitamos en la Costa Oeste hace 3 años, luego de pasar por Los Ángeles y Las Vegas. En este post, voy a hablar de lo que más me llamó la atención, lo lindo y lo feo.
Como me pasa con muchos lugares que visité, no escribí mucho al respecto de San Francisco, sólo un post del tour de Alcatraz y nada más. A veces, cuando se me van «acumulando» viajes, no llego a hablar de todos, y algunos recuerdos se van perdiendo. No obstante, con este año de viajes nulos o escasos, lo que más me sobra es tiempo para recordar viajes pasados.

¿Qué decir de San Francisco? Es una ciudad bastante grande, aunque no tan inmensa y agobiante como puede llegar a serlo Nueva York. Tiene un estilo más intelectual, ya que hay muchas universidades prestigiosas cerca como Stanford y Berkeley, además de ser sede de innumerables empresas de tecnología, tanto en la ciudad como alrededores.

Las atracciones de San Francisco más populares son el puente Golden Gate, el Pier 39, la prisión Alcatraz de la que ya hablé, Union Square, sus tranvías antiguos (cable cars), la torre Coit, Chinatown, la calle más sinuosa del mundo Lombard Street, las «Painted Ladies», entre otras. Hay mucho para ver en la ciudad, no sólo en ella sino a sus alrededores, como el pueblo de Sausalito.

Para mí, lo ideal es tener auto si van a visitar otros lugares de la Costa Oeste, además de San Francisco, pero dentro de la ciudad no hace falta. Nosotros nos hospedamos en un Airbnb que quedaba cerca del aeropuerto, en Millbrae, a unos 20 minutos en auto desde el centro de la ciudad. Nos pareció la opción más económica, aunque implicara dejar el auto durante el día en un estacionamiento, ya que los alojamientos en San Francisco nos resultaron muy caros. Todo depende del presupuesto de cada uno y si sabe o quiere manejar.
Nos gustó mucho la ciudad. Tiene bastantes opciones culturales e históricas para visitar, si es lo que te interesa, y bastantes posibilidades para hacer shopping. De hecho, aprovechamos para hacer varias compras tecnológicas porque era la última ciudad grande del viaje (después fuimos al Parque Nacional de las Secuoyas, pero no teníamos tiempo de shopping).
Nuestra visita fue bastante relajada, ya que no nos llenamos de un montón de actividades porque estuvimos menos de tres días. Sí aprovechamos para hacer cosas «típicas» norteamericanas que nunca habíamos hecho como ir a algunos diners, esas tradicionales cafeterías de comida simple y llenadora, y pedir platos como el grilled cheese sandwich (sandwich de queso grillado) o una torre de pancakes (no pudimos comer más de uno o dos).

También nos subimos a esos famosos cable cars en Maritime Garden en Fisherman’s Wharf, esquina Hyde Street y Beach Street. Desde ahí salen los tranvías vacíos pero hay que hacer bastante fila para subir. Desde ahí, fuimos hasta Union Square, en un viaje que demoró unos 10 o 15 minutos. Como dato extra les digo que, en diagonal a donde toman el tranvía, está la antigua fábrica de los la chocolatería Ghirardelli. No se pueden ir de San Francisco sin probar estos chocolates.

Tengan en cuenta que, si bien son algo turístico, los tranvías también los usa la gente de San Francisco. No obstante, como turista, es recomendable usarlos para pasear una vez porque el ticket simple no es barato.
El tour de Alcatraz que hicimos es súper recomendable y es conveniente reservar con tiempo. Nosotros creo que un mes antes o un poco más ya teníamos todo listo. Hay tours de día y de noche con distintos precios. El precio del tour incluye la audioguía y el ferry ida y vuelta. Hice un post al respecto y podés leerlo acá.

La ciudad tiene el barrio chino más antiguo de Estados Unidos y la comunidad china más grande fuera de Asia. La zona empezó a recibir inmigrantes chinos a partir de 1840 y ha sido muy influyente para los chinos en Norteamérica.
En resumen, San Francisco me gustó mucho. Probablemente, después de Nueva York, uno de los destinos que más disfruté en Estados Unidos. De las ciudades que visitamos en la Costa Oeste, creo que fue la que más me gustó y la que más única sentí. Si bien ambas están en California, no tiene nada que ver con Los Ángeles.
En San Francisco hace frío, a veces hay niebla, el ambiente es un poco más intelectual y cultural que su vecina del sur, y es propiamente una ciudad como la conocemos. Podés caminar por la vereda sin problemas y moverte sin auto, aunque las calles son bastante empinadas.
Pueden ver el video que hice manejando por San Francisco y alrededores, incluyendo el puente Golden Gate y la famosa Lombard Street.