Junto a los colegas de Argentina Travel Bloggers participamos en un blogtrip a las ciudades de Salta y Cachi. Fuimos invitados por la agencia GGM & Asociados, Lan Argentina y el Ministerio de Cultura y Turismo de Salta.
El viaje comenzó el martes 2 de junio, cuando partimos temprano de Aeroparque en un vuelo de LAN. Todo estuvo muy bien, llegando a Salta incluso antes de lo esperado.
Enseguida arribados, nos subimos al «Chichomóvil», el transporte de nuestro simpático chofer Chicho, que nos acompañó durante todo el viaje, contándonos historias y brindándonos datos interesantes de los lugares por los que pasábamos.
Fuimos a almorzar a Villa San Lorenzo (al Hotel Las Moras, donde nos trataron muy bien), se encuentra a 14 kilómetros de la ciudad de Salta y es una excelente opción para ir a pasear y disfrutar de los bosques de yunga y el entorno súper tranquilo de la zona. Antes de comer, visitamos el Castillo de San Lorenzo, que fue construido a pedido de un francés para su esposa y que quedó en manos del Estado un tiempo después.
Descansamos un ratito post-almuerzo, tomando té de coca para digerir mejor la abundante comida, y luego partimos hacia el Cerro San Bernardo -una de las más famosas atracciones de Salta- del que bajamos en una excursión en bicicleta que nos llevó por el medio del cerro y del pavimento también. Agradezco a Overland Salta por brindarnos la excursión que fue muy divertida. La misma dura 40 minutos y cuesta $100 (tarifa al 2 de junio de 2015, consultar con la empresa para confirmar el precio).
Cuando nos subimos al Chichomóvil, nos avisan que el Ministro de Cultura y Turismo de Salta, el Dr. Mariano Ovejero, nos estaba esperando porque quería conocernos… ¡no lo podíamos creer! Nos recibió con bombos y platillos, e incluso ya sabía quienes éramos y nos estaba siguiendo en las redes sociales. Desde entonces, el Ministro fue otro integrante más de nuestro viaje, mencionándonos via Twitter y contándonos los lugares a los que podíamos ir. Es raro que un Ministro se involucre tanto en un acción con bloggers de viaje, pero el Dr. Ovejero estuvo muy atento a lo que hacíamos en todo momento (la foto de portada ilustra el momento). Falta que se abra un blog 😉
Nuestra próxima parada fue el MAAM (Museo de Arqueología de Alta Montaña) y esa noche fuimos a cenar con la dueña del hotel Balcón de la Plaza, donde nos hospedamos ese día, y una chica del Ministerio. Fuimos al elegante Design Salta, que además de ser un hotel tiene un restaurant muy bonito llamado Osadía.
Al día siguiente partimos hacia Cachi, previa visita a la Iglesia de San Francisco en el centro de Salta. En el camino nos entretuvimos con las geniales historias de Chicho y los datos que nos daba Magui, la chica del Ministerio que nos acompañó durante todo el viaje. Ah, y también nos enteramos que salimos en La Gaceta de Salta.
Llegamos a Cachi para la hora del amuerzo. Comimos en el hotel boutique El Cortijo y dimos unas vueltas por el centro del pueblo. Aunque al momento de la siesta no había nadie en la calle, aprovechamos para sacar algunas fotos y usamos muy contentos el wi-fi gratis que provee la Municipalidad de Cachi.
Esa noche cenamos en nuestro bellísimo hotel, La Merced del Alto, y pudimos seguir degustando las deliciosas empanadas salteñas y también probamos un poco más de vino. Si quieren saber más de las exquisiteces salteñas, pregúntenle a Floxie.
El tercer día visitamos El Paseo de los Artesanos (en Seclantas), donde vimos cómo se hacen los ponchos y las chalinas en telares. Fuimos al local que fue del famoso Alfonso «Tero» Guzmán, que tejió un poncho para el Papa Francisco. Hoy en día lo maneja su hijo, que aprendió el oficio desde muy chico.
Almorzamos en la Hacienda de Molinos, en la localidad del mismo nombre, bajo la sombra de un árbol. Seguimos probando las empanadas salteñas, que también fueron deliciosas y que algunos nombraron como las ganadoras de nuestra «ruta de las empanadas salteñas».
Luego de la comida nos fuimos directo para Colomé, a 16 kilómetros de Molinos, para visitar la Bodega Colomé y el Museo de James Turrell, del que hablaré en otro post. Más tarde cenamos y nos fuimos a dormir muy cansados.
El último día fuimos a visitar el famoso y bizarro ovnipuerto de Cachi (si quieren leer la crónica de esta experiencia, pueden leerla en el blog de Sir Chandler). El almuerzo fue en la Sala de Payogasta, un restaurant-hotel-spa que antiguamente fue una estancia y que hoy es un lugar de parada para que los turistas hagan avistaje de aves, tomen vino (de la bodega propia, Viñas de Payogasta) y descansen en la extrema calma del lugar. Hablamos con el Ingeniero Alejandro Alonso, uno de los dueños, que nos dio una visita de la bodega artesanal y nos explicó cómo se hace el vino orgánico.
Y, después de eso, nos fuimos hacia el aeropuerto para tomar el vuelo de LAN que nos llevó a Buenos Aires.
Buenisimo el resumen Nair! te faltó el dato anecdótico de la puerta del hotel 😛 pero eso queda en el grupo mejor jajajaja. besos!
Lo que pasa en Salta, queda en Salta 😉 jaja
Besos Floxie!