En los últimos días los canales de TV y diarios de todo el mundo se vieron invadidos de noticias sobre nuevos brotes de Ébola, una enfermedad que lleva casi por completo la marca de un continente: África.
Según el diario Infobae: “La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una serie de consejos de viaje y transporte para evitar la propagación de esta patología. El brote se da en el oeste de África, especialmente en los países de Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona. Hasta la fecha se reportaron 1711 casos y 932 muertes”. Además, la Organización Mundial de la Salud declaró la emergencia internacional por el Ébola.
Ese continente que nos parece lejano en nuestra cotidianidad se convierte en una realidad tangente cuando visitamos algún país africano. Entonces, las enfermedades, las miserias, las hambrunas y las guerras toman forma humana, tienen rostro, y se alejan de esas crónicas de diario que no transmiten más que desinformación. “En África mueren X cantidad de personas al año a causa del Ébola”, podemos leer en cualquier periódico o escuchar en cualquier canal de televisión. ¿Y eso nos acerca más a los muertos, a las víctimas, a sus realidades? No.

Es por demás sabido que los gobiernos no quieren que sus ciudadanos se “metan en problemas” en el Exterior, por eso advierten y asustan a todo el que ose viajar fuera de los límites del mundo “civilizado” para que cambie de parecer. Dicen que hay guerra en uno u otro lugar, sin revelar cuál es el rol que cumple ese gobierno en el desarrollo del conflicto. O te advierten de las enfermedades en países pobres, sin poner en tela de juicio el papel de los países ricos en la ayuda médica a los países pobres. Sé que existen Médicos Sin Fronteras, la Cruz Roja, los Cascos Azules, la Organización Mundial de la Salud, entre otros organismos, pero aún así no es suficiente. Los pobres del mundo siguen enfermándose y muriendo.
Tragedias aparte, quiero recalcar que soy consciente de los peligros del mundo. Sé que hay enfermedades que puedo contraer al viajar, sé que hay conflictos armados en el mundo, sé que hay problemas políticos en Oriente y Occidente. Todo eso lo sé, el tema es preguntarme qué hago con toda esa información. ¿Asustarme? ¿Desistir de viajar? ¿No salir de mi casa por miedo? ¡No!
Dicen las fuentes oficiales que los viajeros por turismo o trabajo tienen una baja probabilidad de contagiarse de Ébola, ya que para contraer la enfermedad hay que entrar en contacto con sangre, secreciones y fluidos corporales de una persona infectada. Obviamente, el riesgo es mayor en trabajadores de la salud o voluntarios que no cumplan con las medidas de seguridades requeridas.

¿Y cuál es la recomendación de los gobiernos a través de sus páginas de consejos al viajero? No viajar. Si tenés que viajar sí o sí, lo mejor es tomar recaudos para evitar el contagio. Un cartel de alerta enorme aparece entonces: no acercarse a personas infectadas de Ébola.
Es importante recordar que la enfermedad por virus del Ébola (EVE) no es contagiosa mientras el paciente no tenga sangrado, vómitos y diarrea, pero los turistas provenientes de zonas de riesgo tienen que estar alerta porque el período de incubación es de 2 a 21 días. Un turista puede no presentar signos al momento de subir al avión, pero desarrollarlos durante el vuelo, o hasta tres semanas luego de su regreso.
Distribución de casos de Ébola hasta el momento
- Sierra Leona: 691 casos (576 confirmados, 49 probables y 66 sospechosos); 286 muertes.
- Liberia: 516 casos (143 confirmados, 252 probables y 121 sospechosos); 282 muertes.
- Guinea: 495 casos (351 confirmados, 133 probables y 11 sospechosos); 363 muertes.
- Nigeria: 9 casos (0 confirmados, 2 probables y 7 sospechosos), 1 muerte.
Por eso, si estás por viajar a alguna zona de peligro, es recomendable contratar un seguro de viaje que pueda ayudarte en caso de contraer la enfermedad. Nadie puede salvarte de un accidente o de infectarte, por eso es recomendable estar prevenido y seguir las recomendaciones de los expertos en salud.
Foto de portada: International Business Times
Es un tema complejo. Sería bueno que los mismos gobiernos que aconsejan no viajar a las zonas de epidemia también colaboren aportando recursos que en esas tierras son escasas (USA bombardeando Irak gasta miles de dólares con cada misil… en fin…). Hace poquito tuve la suerte de estar con una de las médicas pediatras de Argentina que estuvo un largo tiempo laburando allá con Médicos Sin Frontera… toda una experiencia de vida. Contaba cómo festejan cuando se salva alguno de los nenes bailando y cantando con danzas típicas… alguien que verdaderamente debería generarnos mucho orgullo! Pero claro, la tele para eso no tiene tiempo…
Totalmente de acuerdo, Pablo! Hay un discurso muy elaborado sobre los «peligros del mundo» que conviene a ciertos poderes. Por eso la gente dice: «Para qué ir a África? Es peligroso». En fin, por suerte hay gente en el mundo que hace el bien, como esa médica que contás 🙂
Abrazo!
Tienes toda la Razon Pablo, los gobiernos superpoderosos financian millones para la guerra y la muerte justificada por la palabra «terrorismo»; pero no financian para la vida, y no financian medicinas e insumos para paliar los problemas de salud en los paises pobres, y es que no se preocupan que sus propios habitantes visitan estos paises pobres o trabajan en ellos; y luego, cuando regresan a sus casas modernas y limpias, tambien llevan consigo algunas enfermedades adquiridas por el viaje, lo que es natural y totalmente humano.