Luego de que se eligiera por votación popular el tema del último Veo Veo, se me ocurrió escribir sobre uno de los temas que no fueron elegidos. No sé bien quién lo propuso pero me inspiró a escribir esto.
¿Por qué escribir sobre el viajero global? Si bien yo no vivo viajando (pero sí vivo pensando en viajes y planeándolos), creo que todos los que viajamos mucho, poco o demasiado estamos tendiendo a convertirnos en gente que se traslada de un lado a otro hiperconectada: viajando por el mundo conectados con otros viajeros, conectados también a las redes sociales, utilizando Internet como nuestra fuente primordial de información. Todo nos llama la atención, recibimos noticias de todas partes del mundo y algunos leemos en varios idiomas. Hacemos amigos en la vida real o en Facebook que viven al otro lado del planeta. Seguimos en Twitter a gente que tal vez nunca conoceremos pero que sentimos «cercanos» porque viven situaciones similares a las que vivimos nosotros. La clave es la conexión.
Según un artículo de TecnoHotel, «este nuevo viajero, [es un] obsesionado con su smartphone y [está] siempre conectado». Es una tendencia lógica, teniendo en cuenta que las nuevas oleadas de viajeros incluyen a los llamados «nativos digitales», aquellos que nacieron en una época donde la tecnología digital ya estaba bastante desarrollada. Los que estamos llegando a los 30 no somos plenamente nativos digitales sino migrantes, pero logramos adaptarnos con facilidad a este mundo 2.0.
¿Qué hacemos hoy en día cuando planeamos un viaje? Ya no buscamos guías de viaje en la librería. Tal vez nos descargamos la última Lonely Planet en el Kindle (o el celular) o hurgamos en la blogósfera hasta saciarnos de conocimiento. El viajero global vive en un constante flujo de información que le permite saber dónde buscar cuando necesita encontrar algo. Probablemente no le pregunta a su primo que viajó a Tailandia hace 4 años cuando quiere saber en qué zona de Bangkok hospedarse: tuitea al respecto y recibe opiniones de sus seguidores, o tiene un amigo que puede hospedarlo o incluso ya lo tiene resuelto porque envió varias peticiones en Couchsurfing y fueron todas aceptadas.
Este tipo de viajero multi-tareas utiliza Internet o las aplicaciones en su smartphone para consultar su correo electrónico, para chequear el clima en su lugar de destino (o allí donde se encuentre), lee las noticias locales o de su país, tiene un uso activo de redes sociales, lee mapas, busca información sobre atracciones turísticas o recomendaciones de restaurantes. Es una persona exigente, pues busca información precisa y segmentada para ahorrar tiempo y energías. Esto sucede cada vez más por el auge de los dispositivos portátiles como tablets y mega smartphones que no dejan nada que envidiarle a una computadora.
El viajero global sabe que menos es más: que si gasta un poco menos acá, se ahorra algo más allá y podrá seguir viajando. O tendrá ingresos para un nuevo viaje. Porque al viajero no le interesa otra cosa que no sea seguir viajando (un nuevo viaje inicia al volver a casa para los que volvemos a casa tras cada viaje). Ni hablar de los que hacen del viaje un estilo de vida, ellos lo saben mejor que nadie.
El viajero global puede ser una persona interesada en muchos temas, sobre todo sensible a cuestiones sociales, artísticas, ambientales, entre otras. No viaja ajeno a la realidad y aquello que pasa en otra parte del mundo le afecta porque ha estado o quiere estar en ese lugar, conocerlo, o conoce alguien que está allí. Lo que le sucede a la humanidad le afecta porque es una persona conectada con el mundo.
El viajero global seguramente tiene un blog (ejem) o, si no lo tiene, sube 15 mil fotos en Instagram con más likes que fotos. Usa Facebook para poner al tanto a su familia de su situación o dónde está parando y sube fotos increíbles para ilustrar la felicidad que está sintiendo. Porque viajar es eso: la felicidiad tan anhelada. Tuitea todo el tiempo porque Twitter es uno de sus deportes predilectos. Y no hablemos de las veces que «pinea» fotos motivacionales que lo llenan de energía para seguir viaje.
Sea un viajero a tiempo completo o viajero ocasional de pocas veces al año, siente que el presente es el mejor momento para vivir, aunque siempre esté pensando en el próximo lugar al que irá. Se llena de emoción cuando habla de viajes pasados, y podés darte cuenta de su fanatismo por la cantidad de fotos que tiene en Facebook sobre sus viajes. Tiene 3 fotos con amigos y 5 mil de viajes. No es que no quiera a sus amigos, es que viajando se siente libre.
Y cuando escribo estas palabras no puedo evitar pensar en mí y hablar desde mi lugar o pensar en mis amigos, o tal vez en aquellas personas que conozco o cuyos blogs leo. No pretendo englobar a nadie en esta simple descripción, solamente se me ocurrió plasmar en estas palabras cómo es ser viajero en nuestros tiempos.
Post Scriptum: No intento discernir entre un «turista» o un «viajero», para mí esas dicotomías son absurdas. Para mí está en los ojos con los que se mira la realidad que te rodea. Estuve leyendo algunos posts al respecto: uno de hace unos años escrito por Paco Nadal y el otro del viajero estadounidense conocido como Nomadic Matt (en inglés). Nadie es quien para decirle a otro cómo debe viajar. Cada viaje es personal, cada cuál viaja a su manera.
Foto de portada: The U.S. National Archives, 1974
Y ustedes, ¿qué opinan del viajero global? ¿Cómo lo describirían?
Tal cual Nair!! Me siento totalmente identificada, te cuento que soy argentina, docente y tengo 54 años . Comencé a viajar a los 52, mi primer viaje fue a Salvador de Bahía y al morro San Pablo, Brasil, me gustó muchísimo ! Luego viaje a Perú , Cuzco, visite el Macho Pichi, Nazca, Lago Titicaca, volví a Brasil para conocer Río de Janeiro, Isla Grande, Buenos y en enero de este año visite Colombia, Isla San Andres, Cartagena de Indias, Santa Marta, el Tayrona. Este año en noviembre quiero conocer Europa, pienso estar 30 dias recorriendo Espana, Portugal, Marruecos e Italia, me voy sola , estoy muy entusiasmada, y ya tengo programado mi viaje para fines de enero del 2016 a Fortaleza, Brasil. Y espero poder seguir viajando por mucho tiempo mas! Me encanta tu blog, Saludos!