En mi primer viaje a Nueva York no fui a conocer esta estatua verde ni el cercano Museo de la Inmigración. Sin embargo, esta segunda vez, no podía perderme de hacer una visita a la Estatua de la Libertad y Ellis Island.
Gracias al City Pass de Nueva York, mi novio y yo pudimos tomar sin cargo extra el ferry que sale de Battery Park, Manhattan, hacia Liberty Island, donde se encuentra una de las más famosas estatuas del mundo.

Luego de conocer a la estatua de la dama verde, nos tomamos nuevamente el ferry oara ir a Ellis Island.
La Estatua de la Libertad
Todos conocen la imagen de esta dama sosteniendo una antorcha, incluso si no visitaron Nueva York. Es un icono de la ciudad.

Fue regalada por la amigable Francia a los estadounidenses en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Fue inaugurada el 28 de octubre de ese año, en un evento en el que participó Grover Cleveland, el ignoto presidente yankee de turno.
La estructura interna fue diseñada por el mismísimo Gustave Eiffel, creador de la Torre Eiffel, y obra del arquitecto Frédéric Auguste Bartholdi.

Se encuentra en Liberty Island (Isla de la Libertad), que fue llamada Bedloe Island, en honor a su antiguo dueño, hasta 1956. Es propiedad federal y está a cargo del Servicio de Parques Nacionales. De hecho, su personal y el de Ellis Island están vestidos como guardaparques, aunque no haya osos Yogui a la vista.

Antes de ser el hogar de la gran estatua, albergaba el Fort Wood, una fortaleza de granito con forma de estrella de 11 puntas. Debido a esto, la isla se la conoce como «Star Fort» (Fuerte Estrella).

El nombre oficial de la estatua es «La libertad iluminando al mundo» (en inglés Liberty Enlightening the World; en francés La Liberté éclairant le monde), y de ahí que la señora lleve una antorcha en su mano. Sin embargo, se la conoce popularmente como La Estatua de la Libertad.
Esta estatua es una de las mejores atracciones de Nueva York, tal vez al nivel del Empire State Building.
Durante mucho tiempo, para los inmigrantes que llegaban en barco a «hacer la América», la Estatua de la Libertad era símbolo de la emancipación y el sueño de una vida mejor. Aunque, para cumplir ese sueño, primero debían pasar por Ellis Island…

Museo de la Inmigración de Ellis Island
A este lugar, hoy devenido en museo, llegaban los inmigrantes que buscaban en Estados Unidos su nuevo hogar.

Antes de eso, especialmente durante la guerra con los ingleses, Ellis Island fue un fuerte que protegía a la Bahía de Nueva York de los ataques enemigos.

Pero fue en 1890 que otro presidente no muy conocido, Benjamin Harrison, destinó esta isla a convertirse en la Aduana principal de Nueva York. Por otra parte, con el Acta de Inmigración de 1891, el Gobierno federal se vio obligado a regular la llegada de extranjeros a través de la Oficina de Inmigraciones.
Así, se construyó el centro de inspección de Ellis Island, que contó con la asistencia del Servicio Público de Salud. Cada persona que llegaba a la isla era revisada tanto física como psicológicamente. Esto, junto con un cotejo de datos sobre la historia del inmigrante, determinaba si la persona era o no bien recibida por el país.

Pronto se extendió la isla y se construyó un muelle, que conectaba la isla con tierra firme gracias al nuevo servicio de ferries. El primer edificio migratorio fue realizado con pino de Georgia y abrió sus puertas el 1 de enero de 1892.
Luego de un incendio en 1897, se construyó un edificio nuevo a prueba de incendios, que vio la luz en el año 1900. Por entonces, llegaban 20.000 inmigrantes por año y el trabajo de los oficiales era sencillo.
En el nuevo edificio, los inmigrantes ingresaban por el hall principal y de ahí iban pasando por distintos controles médicos, psiquiátricos y de otros tipos.

En 1902 se inauguró el edificio principal del hospital, equipado para atender hasta 125 pacientes de forma simultánea. No obstante, enseguida se vio sobrepasado en su capacidad. Muchos recién llegados padecían tracoma, una enfermedad de los ojos que era infecciosa y causaba ceguera. Entonces, padecer tracoma era causa de ser «rebotado» por Inmigración. Lo mismo sucedía con las víctimas de otras enfermedades hoy erradicadas o simples de curar, y los enfermos psiquiátricos.
Y si no sabías dibujar un diamante, estabas más que complicado para entrar al país, ya que era una de las pruebas de sanidad mental que les hacían a los recién llegados. Si no te salía el dibujo, algún problema tenías.

De más está aclarar que si eras un revolucionario, anarquista, comunista o cualquier tipo de «ista» mal visto en Estados Unidos, tu entrada al país peligraba. Y si, una vez ingresado al país, cometías un crimen o te metías en problemas, corrías el riesgo de ser deportado.
Entre 1921 y 1924 los inmigrantes eran tantos que el Gobierno estadounidense decidió terminar con la política de puertas abiertas y se aprobó la Ley de Cuota de Orígenes Nacionales (The Emergency Quota Act), que limitaba el ingreso de personas según la nacionalidad. El porcentaje de personas de tal nacionalidad no podía superar el 2% de los residentes de ese origen (según el censo de 1890) al año ni el 10% de la cuota anual en un mes.

Por esos años, la cantidad de inmigrantes era menor. Antes de subir al barco en sus países de origen, eran inspeccionados y, de no pasar la prueba, no podían viajar. El resto se arriesgaba a no poder entrar al país, pudiendo quedarse durante meses «prisioneros» en Ellis Island aguardando la deportación.
Casi 12 millones de inmigrantes pasaron por Ellis Island entre 1892 y 1954, cuando la estación finalmente cerró.
Tal vez hayas visto la película Fievel (o Un Cuento Americano), que narra la historia de un ratoncito que viajaba con su familia hacia una mejor vida en América. Mi visita a la Estatua de la Libertad y Ellis Island me hizo acordar mucho a esa peli 🙂
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Tips generales
Para poder hacer la visita a la Estatua de la Libertad y Ellis Island hay que levantarse temprano. No madrugar, pero sí tomar el ferry antes de las 11 AM, ya que luego de ese horario hay muchos turistas.
En ocasiones, el tiempo de espera para subir al ferry puede ser de 90 minutos. Hay controles de seguridad al estilo aeroportuario, así que no lleves nada que no llevarías en tu equipaje de cabina y hacete a la idea de esperar. Nosotros habremos estado media hora para subir, aproximadamente.
Si vas a visitar ambas islas, tenés que calcular aproximadamente 5 o 6 horas. El mismo ferry te lleva a las dos, que están a una milla (1,6 kilómetros) de distancia.
Si te hospedas en Jersey City, NJ, podés tomar el ferry en el Liberty State Park. Acá podés ver los puntos de partida y llegada del ferry.
En caso de visitar la Estatua de la Libertad, si no sacas entradas para subir a la corona (con mucha anticipación, ya que suelen agotarse), con un par de vueltas y algunas fotos de la señora verde más grande del mundo, vas a estar listo/a para irte en menos de una hora. O en media hora.

En un día claro, desde Liberty Island se pueden tomar lindas fotos del skyline de Manhattan.
Por su parte, Ellis Island va a tomar más tiempo, ya que alberga el Museo de la Inmigración. Al ser tan interesante, hay que dedicarle un buen rato a recorrer sus salones.
Se puede pedir una audio-guía en español sin cargo (con el City Pass) en los mostradores de la planta baja del museo. Admito que me confundí de pistas y escuché la mitad del recorrido con el audio para niños, narrado por un ratoncito. Fue raro al principio (no entendía nada) pero al final era más divertido que el de adultos.

No te pierdas las representaciones del personal del museo, que simulan ser oficiales de Migraciones de la época en que Ellis Island estaba en pleno funcionamiento. Uno de los visitantes hace las veces de inmigrante y el «oficial» le hace preguntas. Es muy didáctico y aprendes bastante de cómo era la dinámica del lugar.

Acá podés buscar por nombre, apellido y algunos otros datos a los inmigrantes que llegaron a Ellis Island en su época de funcionamiento.
¡OJO! Cerca de Battery Park hay muchos chantas que buscan estafar turistas vendiéndoles entradas para subir a la Estatua de la Libertad. No le compres a nadie que te quiera vender tickets en la calle. Es recomendable adquirirlos con antelación al viaje.
Info útil
Horario: El primer ferry suele partir entre las 8.30 y 9.00 AM, dependiendo la época. Y el último sale desde tierra firme entre las 3.30 y las 4.00 PM. Desde las islas, el último ferry sale entre las 5.00 y 6.00 PM. Más info, acá.
Entradas: Si comprás el City Pass, el ferry está incluido. Pero si no lo hacés, podés ingresar a la web www.statuecruises.com para ver los precios actualizados.
Cómo llegar: El ferry sale de Battery Park, en Downtown Manhattan. Una vez ahí, busca el edificio Castle Clinton para validar tu pase o comprar la entrada. En subway te dejan las líneas 4 y 5 (color verde oscuro) en la estación Bowling Gree y la línea 1 (color rojo) en South Ferry.
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